El
primer ingrediente no debiera ser un problema, cuando se ha basado
nuestra constitución política en la Constitución estadounidense,
aunque la dificultad para implementarlo sostenidamente aún
constituye una grave debilidad. En cuanto al segundo, una gran
cantidad de personas valientes han defendido la probidad, aunque en
gran medida hayan sido ignoradas o condenadas al ostracismo.
El
tercer ingrediente ha sido el más difícil de obtener, ya que
históricamente tendimos a tolerar la impunidad de las élites
políticas y económicas – acostumbradas a no pagar por sus
desaciertos, para eso está la “gilada”, el ciudadano de a pie.
Debemos
recordar que hubo; “quienes robaban para la corona” y se proveía
impunidad o se toleraba la corrupción con el “roba, pero hace”. Así tuvimos, tablitas, corralitos, cepos, blindajes, ajustes, pasar inviernos, veranos, recién comenzaremos a pasar el otoño, . . .
Esto
pareciera estar cambiando, los ciudadanos están manifestándose para
decir basta a la corrupción. No se trata de protestas aisladas, las
demostraciones ahora involucran, a la clase media de la región. Si
esta presión popular y la judicial continúa con mas ahincó,
podrían crear las condiciones para que muchas otras reformas tengan
éxito.
Desde
el regreso a la democracia, se ha estado trabajando para fortalecer
la separación de poderes en los sistemas políticos, con medidas que
van desde la ampliación de la autoridad de las legislaturas para
analizar los presupuestos y controlar los gastos hasta el refuerzo de
la capacidad judicial para procesar complejos crímenes financieros,
han introducido salvaguardas mejoradas contra la evasión fiscal y el
lavado de dinero, se intenta reformar las fuerzas policiales y
adoptar un enfoque más estratégico en la lucha contra el tráfico
de drogas y el crimen organizado.
Se
pretende desarrollar la confianza en las instituciones públicas,
que es fundamental para el aliento a la oferta agregada, en un
momento que la des-aceleración del crecimiento mundial y la caída
de los precios de las materias primas exigen un rápido aumento de la
productividad de las PyME.
Los
funcionarios electos de los sub-niveles de gobierno – vía acto
eleccionario – están recibiendo el mensaje de la ciudadanía
residente y lentamente se suman – mas por obligación normativa,
que por convicción – a las iniciativas para la buena gobernanza y
el Gobierno Abierto. Si la Corporación Política Partidaria y las
Cámaras Empresariales suman sus voces a la protesta contra la
corrupción, Argentina podría lograr una ruptura definitiva con su
pasado y garantizar que todos los ciudadanos puedan confiar en la
implementación justa del imperio de la ley y alcanzar un casi
satisfactorio potencial de calidad de vida en lo mediato, HECHO POR
NOSOTROS.
Cordial
saludo
JARO
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