NO SOY ANIMADOR
Animador designa al agente social
que realiza tareas y actividades de animación. Persona capaz de
estimular la participación activa de la gente y de insuflar un mayor
dinamismo socio-cultural, tanto en lo individual como en lo
colectivo. Actúa como catalizador que desata y anima procesos, cuyo
protagonismo se procura que corresponda a iniciativas de la misma
gente. Su aporte o contribución básica comprende aspectos que, si
bien son diferentes, se complementan y articulan entre sí, a saber:
- Proporcionar asesoría técnica para que el grupo o colectivo encuentre respuesta a sus necesidades y problemas, y se capacite para organizar y conducir sus propias actividades;
- Contribuir a que la misma gente involucrada en estos programas, recupere, sistematice, evalúe e implemente sus propias prácticas socio-culturales, como forma de alentar y acrecentar el protagonismo popular, y, sobre todo,
- Animar, vitalizar y dinamizar las energías y potencialidades existentes en personas, grupos y colectividades. Ander-Egg (1999): El léxico del animador. CCS. Madrid. Pág. 10
La Animación Socio-cultural (ASC)
es una actividad que pretende hacer valioso al ser humano en su
aspecto individual y social. El sujeto de este perfeccionamiento es
siempre la persona, una persona que anima, que da vida y actividad, y
una persona o personas siempre con personas que, al relacionarse se
benefician por su situación de comunicación.
Así el animador asume el rol de:
- Iniciador de procesos sociales,
- Catalizador de fuerzas colectivas
- Modelo de comportamientos,
- Líder de grupos,
- Educador en sentido amplio; como consecuencia de los dos roles anteriores.
La finalidad transformadora que se
espera de la ASC, sólo será posible en la medida que la facilite el
animador sociocultural. Del animador depende que el proyecto de
intervención, tenga incidencia en el entorno en el que se desarrolla
o no pase de ser una oferta de consumo dirigido
En el contexto de la Ley Orgánica
de Comunas 1777, el área de participación vecinal, debe contar con
a lo menos una persona que actúe con y sobre las personas. Su
función es desarrollar e impulsar el proceso de mejora mediante la
donación de su ser, saber y hacer, luego es evidente que sólo
poseyendo un conjunto de aptitudes, cualidades y rasgos de
personalidad podrá realizar eficazmente las finalidades previstas en
el artículo 3.
Se hace necesario, por tanto, la
validación de una definición acerca de qué es el animador y esta
búsqueda nos obliga a plantearnos si cualquier persona puede ser
animador, o cuáles serán las cualidades más importantes, tanto
personales como intelectuales que debe cumplir. Estas preguntas, o
mejor, la respuesta a las mismas, tiene una importancia fundamental
para establecer las líneas básicas del perfil del animador
sociocultural
Es evidente que en un contexto
socio-político se debierá ponderar cuales serían el conjunto de
aptitudes, cualidades y rasgos de personalidad de importancia
esencial, adoptadas por el animador en su relación con los
destinatarios de su acción, en este caso los ciudadanos residentes
en las Comunas de la CABA.
Partamos de la idea de que nadie
nace siendo “animador” – aunque la disposición de determinadas
cualidades básicas faciliten este ejercicio profesional, como tantos
otros - sino que el “animador” o las funciones profesionales en
la ASC - (Animación Socio-Cultural) se aprenden y, en consecuencia,
pueden ser objeto de diversos programas formativos. Algunas de estas
cualidades básicas y las razones varias, nos la señala Ander-Egg
(2000):
- Las cualidades personales son más importantes que las condiciones intelectuales.
- No siempre una persona con conocimientos y habilidades técnicas tiene sentido de servicio y de solidaridad, ni asegura que tiene capacidad para relacionarse con la gente.
- Por el contrario, una persona con cualidades personales (especialmente de compromiso con la gente), siempre estará fuertemente motivada e interesada en adquirir conocimientos y capacidad técnica para prestar un servicio mejor.
- no pueden animar quienes no están animados
- no pueden animar quienes son incapaces de infundir animación
- no pueden animar los insolidarios, los aburridos, los desilusionados, los que viven sentados en el cruce de los caminos de la vida
- no pueden ser animadores aquellos que dejan que se instale el aburrimiento y el desánimo, como fin último de la existencia
- no pueden animar quienes no creen que los otros pueden animarse
- no pueden animar quienes no son capaces de establecer relaciones interpersonales productivas y gratificantes y, sobre todo, cálidas y amistosas
- no pueden ser animadores los oportunistas y trepadores, aspirantes al aplauso y reconocimiento de los que detentan el poder (político, económico, cultural o religioso)
Estimado Carlos Eusebi,
- el pasado 04.Nov.2013 en la reunión que junto con Julio, tuviste con la Comisión de Planeamiento y Espacio Público, me endilgaste el mote de disociador - generador de actos antisociales.
- Es muy fácil refutarte,
- Instrumentar las medidas que garanticen el funcionamiento del Consejo Consultivo Comunal 11,
- Promover y desarrollar mecanismos de democracia participativa en el ámbito de la Comuna 11, ( El presupuesto de la Ciudad de Buenos Aires, tiene carácter participativo, el cual se garantiza mediante la consulta a la población en el proceso de elaboración y seguimiento. Confrontar Ley 70, artículo 29)
es tu atribución, obligación y responsabilidad legal específica de gestión, al margen de las restantes que cita el artículo 32. Por ello, hazte cargo de los resultados obtenidos al presente, los individuales y los colegiados.
- en ocasión que concurrí a observar el pasado plenario del CCC 11 en el Pje. Dantas, me hiciste llegar la dirección electrónica del sitio web del espacio. He visitado el sitio www.comuna11participar.com.ar. Respondiendo a tu requerimiento e invitación, sugiero agregues un blog.
Cordial saludo
JARO
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