Principios
de mérito y capacidad
El sistema electoral no
exige titulación, ni experiencia profesional alguna, a quienes se
proponen o han sido legitimados para ser alcalde o edil comunal.
Tampoco se les requiere, a quienes se proponen como consejeros
comunales.
Sin embargo, para el
acceso a la condición de funcionario o empleado público, no se
discute la necesidad de aplicar los principios de mérito y capacidad.
La modernización
administrativa e incorporación de herramientas alternativas de
gestión, son de una tremenda diversidad, pero tienen un principio
claro a su favor, que se resume en mejorar la eficiencia y la calidad
de las prestaciones que brinda el Gobierno de la Ciudad. Cumplimiento
de objetivos con la mayor eficiencia.
¿Porqué no aplicar
el sistema de retribución por cumplimiento de objetivos a los
políticos comunales?
La administración
pública, ha sido con frecuencia un refugio para la costumbre.
Los cambios son
amenazas a una situación que podrá ser mejor o peor, pero la
situación en que se sobrevive, impone la reflexión de si interesa
cambiar o resistir el cambio.
En el mundo empresario
las consecuencias de no cambiar, es la desaparición inmediata de la
nómina.
¿Sí ya conocemos
el fenómeno y el remedio, porqué no aplicarlo?
Llevamos años de
democracia representativa, quienes se han adaptado a ella resisten el
cambio a democracia participativa o directa. Quienes evaluamos
críticamente la democracia representativa, nos encontramos indignados
y buscamos el cambio.
Aquellos que temen o se
resisten al cambio, por suponerlo un atentado a sus situaciones de
privilegio, no tienen justificación alguna y lo que procede es
denunciar la situación de privilegio, e imponer a quienes se
encuentran en su usufructo, a que la abandonen en beneficio de la
organización.
La ausencia de
conocimientos de gestión, ha servido de excusa para incrementar el
número de cargos de confianza, que tienen la misma falta de
formación, que la de aquellos a quienes asesoran.
Son los casos, en que
se aprecia una manifiesta falta de preparación profesional y
académica en los gestores comunales, que en frecuentes ocasiones se
empeora por una falta de ética.
Se observa en lo
comunal, que se repiten con harta frecuencia en la Corporación
Política y en la Administración, ciertos apellidos.
Cordial saludo
JARO
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